Qué se necesita para jugar
- Un adulto y un niño con energía de sobra
- Una acera, una calle tranquila o un parque
- ¡Creatividad para ver obstáculos donde los demás solo ven cemento!
Objetivo
¡Transformar el paseo en una aventura de saltos! El niño, con la ayuda del adulto, saltará por encima de obstáculos invisibles (o casi invisibles) como tapas de alcantarilla, charcos de agua imaginarios, pequeños agujeros o manchas sospechosas en el suelo. ¡Todo con mucho entusiasmo!
Reglas
- La pareja camina lado a lado, de la mano.
- El adulto observa el camino y elige un obstáculo divertido para saltar:
- Tapa de alcantarilla
- Tapa roja de hidrante (¡esas de incendio!)
- Manchas de pintura
- ¡Charcos de agua (incluso si está seco!)
- ¡Pasos de peatones, desagües, hojas grandes, o lo que se le ocurra!
- Al acercarse al obstáculo, la pareja grita junta:
"¡Uno, dos, tres… SALTAR!"
(O: "One, two, three… Jump!" / "Eins, zwei, drei… Spring!" / "Um, dois, três… PULAR!")
- El adulto sujeta al niño por los brazos y lo impulsa con un ligero tirón para atravesar el obstáculo imaginario como si estuviera volando.
- ¡Después de aterrizar, pueden celebrar como atletas olímpicos! ¡Cada salto es una victoria!
Además de ser un juego divertido y lleno de movimiento, esta actividad también ayuda a desarrollar la coordinación motora, la imaginación e incluso el aprendizaje de números en otros idiomas. Funciona especialmente bien cuando el niño ya está medio cansado —o aburrido— a mitad del paseo. Y, seamos sinceros: ¡es mucho más ligero (para la espalda de los adultos!) que llevarlo en brazos o a caballito todo el tiempo.